Me llamo Mario Colleoni, nací en el Madrid de los años ochenta, provengo de una rancia estirpe de Bérgamo y, además de humanista, epicúreo, polímata o bon-vivant, soy historiador del arte. Me formé entre Madrid y Venecia, y en 2010 comencé varios proyectos de investigación en torno a la pintura del Renacimiento italiano, filosofía de la estética y teología de la Edad Moderna. Casi con los ojos cerrados llegué hasta Florencia para escribir mi primer artículo universitario, y Pina Ragionieri (directora entonces de la Casa Buonarroti, ya fallecida) me bautizó como michelangiolista en el legendario despacho de Charles de Tolnay, motivo por el cual, parece que por inercia, tuve que convertirme en especialista de la obra de Miguel Ángel. Con el tiempo, sin saber qué pretendo exactamente con mi trabajo, me he servido de una metodología de enfoque total para abordar distintos campos y materias. Dado que paulatinamente en las humanidades se viene produciendo una extraña desaparición de lecturas de conjunto, quiero demostrar que el conocimiento no es unívoco, homogéneo ni necesariamente especializado. Fruto de este descontento son las aportaciones académicas que he publicado tanto en España como en Italia.
He colaborado en distintos medios culturales digitales e impresos (Input Magazine, Revista de Letras, Metahistoria, El Cotidiano, Granite & Rainbow, El Asombrario, El Estado Mental, La República Cultural, Revista Rambla, Micro-Revista, Ajoblanco, ABC, El Confidencial, CTXT, Jot Down o The Objective). Todo lo que hago, digo o pienso responde a mi sentido humanista de la realidad y de la vida. Por eso, a lo largo de todo este tiempo, he escrito sobre música, poesía, filosofía, sociología, biografías, reportajes de autor, etc., sintiendo un compromiso honesto hacia una cultura que considero total y nunca sólo para especialistas. También ejerzo como asesor y colaborador de publicaciones de arte y exposiciones.
No ceso en el empeño de las letras, pero soy cauto y respetuoso. Sigo escribiendo y defendiendo una cultura accesible de (aunque no para) todo el mundo, intentando desmontar algunos tópicos manidos y presuntuosos y persistiendo con impertinencia en que la cultura no sólo cuesta, sino que vale. Por eso, precisamente, he escrito un libro titulado Contra Florencia (Línea del Horizonte, 2019) donde sólo pretendo rescatar la belleza del arte, el tiempo y la historia, para detener esta máquina impetuosa del presente que amenaza con destruir nuestra cultura y nuestra forma de vivir.
Me podréis localizar en distintas redes sociales (Twitter, Facebook e Instagram) y, desde ahora, también en esta rendija que es —o me gustaría que fuera— vuestra casa.
Bienvenidos a este espacio de reflexión insonorizada, exento de ruidos.
Contra Florencia, o como pasear por Florencia en el confinamiento, palpar sus rincones, compartir sus silencios, y sentir los detalles de su belleza. Gracias por tu maravilloso libro.
No entiendo por qué no he visto este comentario hasta hoy mismo. Te pido disculpas, Rober. ¡Gracias por tus palabras!
Espacio recién encontrado, para sumergirme este otoño invierno… Gracias 🍃
Gracias a ti, Isabel. 🙂
Gracias por ser así y estar ahí, amigo desconocido. Cuantos/as nos faltan como usted.
Gracias por el halago generoso, Andrés. 🙂
Como la vida misma de repente encontré tu libro. Como pasa con las cosas que aparecen me sumergí en su lectura lo leo y releo . Gracias por este libro que conecta con esas partículas que hacen que la vida valga la pena.
Jaime
Gracias por este comentario tan hermoso, Jaime. Me quedo sin palabras. Un abrazo.
Gracias por tu respuesta.
He estado en la Toscana varias veces en Florencia dos y ahora con 68 años con tiempo pienso pasar más tiempo.
Por eso y otras cosas la lectura del libro hará que mis paseos por la Toscana y Florencia en particular sean más intensos.
Gracias