Hace ya unos días los amigos de La Gran, con Marta Álvarez a la cabeza, se adelantaron con el primer texto sobre este seminario de la UIMP al que tuvimos la suerte de asistir en compañía de más amigos y conocidos; fue entonces cuando me dije que el enfoque de mi crónica debía distar un tanto de este testimonio, y no porque no me gustase, no, sino porque quería dibujar un lienzo más completo, crítico y comprometido en el que hubiera hueco para luces y sombras, éxitos y fracasos y conceptos, sobre todo conceptos, que de este curso hemos podido sacar en claro. Por eso he alternado el texto con el seguimiento que se produjo en Twitter gracias a los comentarios que se fueron generando a través del hashtag #coleccionismoUIMP. Espero que sea de alguna utilidad.
El seminario, o curso, o encuentro, utilicen la terminología que prefieran pues todas son válidas, comprendió los días 28, 29 y 30 del pasado mes de julio. De nuevo la Universidad Internacional Menéndez Pelayo hacía uso del majestuoso Palacio de la Magdalena (de corriente, Palacio de Congresos) situado en plena bahía santanderina para ofrecer, otro año más, sus cursos de verano que, a juzgar por el emplazamiento, la diversidad y la calidad de los mismos, asistir a cualquiera de ellos, hoy por hoy, y no es que lo diga yo precisamente, es un privilegio. Esto, unido como era el caso, a la ayuda y apoyo de la Fundación Banco Santander, cuya amplia generosidad nos congregó allí a otros privilegiados más, entre ellos, Julio Marqués y Semíramis González, hizo que esta breve estancia de tres días resultara deliciosa. No obstante, es necesario ir por partes porque las jornadas dieron mucho de sí.
Lunes, 28 de julio.
Tal y como estaba previsto, un autobús nos esperaba en la puerta de la Residencia de la Inmaculada para trasladarnos (como todas las mañanas restantes) al complejo de la Magdalena. Era puntualísimo y no había lugar para el despiste o la impuntualidad. En su defecto, el trayecto a pie tampoco representaba ninguna dificultad, pero ya se sabe que la topografía de Santander es ardua y pone a prueba a los más valientes, sobre todo con estas cálidas temperaturas. Aún así, les anticipo que las sábanas no se nos pegaron a la cara y pudimos cogerlo como un reloj todos los días. En tan sólo 20 minutos nos plantamos en Palacio y, cinco minutos más tarde, ya estábamos haciendo cola para desayunar. A decir verdad, hacía mucho tiempo que no desayunaba tan bien, acaso recuerdo remotamente dos o tres lugares de los que guardo esa maravillosa sensación, así que imagínense cómo empezaba la cosa: confirmando una vez más que el desayuno, y déjense de tonterías, es la comida más importante del día. Esto es así.
Primeras tensiones entre becarios en secretaría motivadas por ver quién desayuna antes. Qué maravilloso es el ser humano. #coleccionismoUIMP
— M. Sánchez Arsenal (@Mario_Colleoni) julio 28, 2014
Por lo demás, supongo que el curso comenzó como comienzan todas las inauguraciones, con una voz de presentación, las autoridades de postín (representativas o no) y unas palabras de amable acogida. Y así fue. Los encargados fueron Miguel Ángel Serna (Consejero de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria); Joaquín Garrido (Extensión Universitaria de la UIMP) cubriendo -permítanme que deje constancia de- la ausencia del Excmo. y Mgfco. Rector de la Universidad Menéndez Pelayo Sr. D. César Nombela; Jaime Sordo (presidente de la Asociación de Coleccionistas Privados 9915); Pilar Serra (vocal de la Junta Directiva del IAC) y Glòria Picazo (directora del Centre D’Art La Panera y del curso).
- Pilar Serra (IAC), Miguel Ángel Merino (Consejería de Educación Cultura y Deporte), Joaquín Garrido (UIMP), Jaime Sordo (Asoc. 9915) y Glòria Picazo (directora del curso) / © Mario S. Arsenal
- Joaquín Garrido, Jaime Sordo y Glòria Picazo / © Mario S. Arsenal
De la apertura destacaría dos apuntes. El primero, el más importante, sobre Jaime Sordo, quien expresó el deseo de afianzar este curso como un reclamo fundamental para el desarrollo del arte contemporáneo, pues desde los cursos que impartió Francisco Calvo Serraller en esta misma universidad hace más de una década, no se había vuelto a tratar el tema, y «queremos seguir hablando de arte contemporáneo en España». El segundo apunte es para Miguel Ángel Serna: el Consejero de Cultura equiparó el arte contemporáneo a tres factores conjuntos. Artistas (1), galeristas (2) y coleccionistas (3). Sin duda un discurso correcto, bien articulado, de ideas claras y palabras como «éxito», «negocio», «sistema» retumbando en la sala, pero ni rastro de lo más importante: el «público», ni como ente ni como concepto ni (tan siquiera) como producto.
‘Comisariado y coleccionismo de arte contemporáneo’. Podéis seguirlo a través de #coleccionismoUIMP. ¡Empezamos! =) pic.twitter.com/xmECnSgvpU — M. Sánchez Arsenal (@Mario_Colleoni) julio 28, 2014
Comienza #coleccionismoUIMP.@julitero, @Mario_Colleoni y @semiramis_glez nos contarán lo mejor del seminario a través del hashtag ¡Atentos! — FBancoSantander (@FBancoSantander) julio 28, 2014
Vamos a empezarrrrr #coleccionismouimp 🙂 pic.twitter.com/WFocvAR2MX — Marta Álvarez (@Marta_Al_VA) julio 28, 2014
Parece que esto empieza. Ambiente agradable. @CursosUIMP @FBancoSantander @PdeLaMagdalena #coleccionismoUIMP pic.twitter.com/33ngM45A7S — M. Sánchez Arsenal (@Mario_Colleoni) julio 28, 2014
Simón Marchán Fiz
«El coleccionismo desde una estética de la recepción»
Realmente no sabíamos desde dónde enfocaría una conferencia a priori tan aparatosa. Un paso en falso podría haberlo fastidiado todo para dar paso a cualquier cosa, pero se desenvolvió formidablemente. El lobo viejo nunca pierde la orientación en la maleza del bosque. Hizo un recorrido, como un buen old school player, por la historia del coleccionismo para llegar hasta uno de los problemas fundamentales de siempre: los museos históricos. Aquí se detuvo en el valor y el significado de las colecciones históricas, en el despojamiento ritual -asistido por Benjamin y Belting- de la obra de arte nada más ingresar en un museo y en su subsiguiente permuta de funciones; en definitiva, y para resumirlo en pocas palabras: el arte histórico es un arte contextual. Su utópica definición de coleccionismo público institucional pasaba por la integración de unas obras inscritas en un sistema de ideas y valores de acuerdo a una estructura social igualitaria. O dicho de otro modo: la macrofísica del poder. En cuanto al coleccionismo corporativo, dio a entender que rebasa lo sociológico y que el buen coleccionista es aquel capaz de desglosar su historia en imágenes. Pero ¿qué es una colección de arte?
«Cada colección es una apuesta, no podemos conocer el futuro de aquello que se colecciona». Simón Marchán Fiz en #coleccionismoUIMP — Gema Llamazares (@GemaLlamazares) julio 28, 2014
Alternando citas de Benjamin, Foucault, Flaubert o Kant, Simón Marchán subrayó la idea de que, lejos ya de representar una historia objetiva, la colección es un relato narrativo, además de una apuesta y un reto, dado que el coleccionista se arriesga a que no soporte el paso del tiempo. Por otra parte, siempre está inacabada debido a la naturaleza hermenéutica de la obra de arte, pero el coleccionista debe hacer emerger de ella la especificidad propia que la caracteriza; así pues, éste ya no es sólo un espectador, sino también un conocedor, pues el coleccionismo actual es un coleccionismo basado en la proximidad y, por tanto, persistiendo en la idea, más arriesgado. Más tarde, la conferencia dio un giro hacia otra cuestión fundamental: la legitimación del arte. Citando inevitablemente a Hegel, expuso que la legitimación histórica nunca fue pareja a la social, de ahí el problema del gusto hegemónico a lo largo de la historia.
Rock’n Roll. «Hegel era un gran conocedor de arte, no como Kant, que no tenía ni idea.» #coleccionismoUIMP pic.twitter.com/RYlHi70syS — M. Sánchez Arsenal (@Mario_Colleoni) julio 28, 2014
Por último, trazó un recorrido por los distintos criterios que se siguieron para conformar lo que hoy conocemos por museos: desde la lógica del cuadro y la clasificación primigenia de las colecciones que tomaron como ejemplo el método de las Ciencias Naturales (caso del Museo del Prado), hasta la historia de los estilos (Wölfflin), los criterios de carácter babilónico (British Museum, Louvre) o la sensibilidad anticuaria (sobre todo museos norteamericanos que aún distribuyen sus salas por propietarios).
No sin cierto pesar, redujo toda esta complejidad a un cajón de sastre laberíntico y estrictamente indefinible: la cultura visual. Cultura visual entendida como un lance entre la visión horizontal y la visión tradicional. Por eso el germen del coleccionismo actual no es otro que el Atlas Mnemosyne de Aby Warburg. Y en este sentido, cerró la conferencia tratando la actualidad del problema: «El coleccionismo sigue siendo una cultura material, pero a su vez fomenta la inmaterialidad». Lo que Simón Marchán quiso decir es que la disociación hace que nos cuestionemos la necesidad de la presencia de la obra, es decir, ¿es necesario tener la obra delante como un ente físico? Nosotros, los de ahora, seguimos educándonos cada vez más en la inmaterialidad y la ausencia física de la obra de arte. ¿Hacia dónde nos encaminamos? ¿Cuáles son los pros? ¿Y los contras?
Patrick Charpenel
«El coleccionismo y el conocimiento»
Lo que en principio iba a ser una conferencia de contenidos, ardua y sesuda sobre el papel, finalmente se convirtió en algo dinámico y atractivo. Patrick Charpenel es director de la Colección JUMEX (México) y aprovechó para presentarnos un interesante proyecto comisariado por él mismo en el Jardín Botánico de la ciudad de Culiacán, capital de la narcocultura en México. Algunas de las sugerentes ideas que Charpenel puso sobre el tapete fueron:
- Coleccionar no se basa en atesorar, acopiar o reunir, sino más bien en articular.
- Defensa de los museos y las universidades como plataformas fundamentales de exhibición del producto cultural.
- Las colecciones no son caprichos de la posmodernidad [muy matizable].
- El conocimiento de su significación -el de las colecciones- llega cuando descontextualizamos las obras de su hábitat depositario.
Comienza su charla Patrick Charpenel, director de la colección @FundacionJumex #coleccionismoUIMP pic.twitter.com/LXh33Gtocy
— Semíramis González (@semiramis_glez) julio 28, 2014
El proyecto del jardín botánico, de gran carga política, se ha llevado a cabo gracias a la ayuda y el apoyo del empresario mexicano Agustín Coppel, sin cuya colaboración no hubiera sido posible transformar el jardín en espacio de arte contemporáneo. Para ello, fue necesario crear un patronato que modificase los estatutos y regulase, de ese modo, los términos de explotación y exhibición. La entrada es gratuita y a él acuden unas 1.000 personas diarias, aunque nos confesó que el 65% son visitantes locales.
Un proyecto valiente en el jardín botánico de Culiacán, capital de la narcocultura. #coleccionismoUIMP pic.twitter.com/xd6MmNU2O0
— M. Sánchez Arsenal (@Mario_Colleoni) julio 28, 2014
A partir de aquí fueron sucediéndose los nombres de los artistas que han colaborado en el proyecto, un gran elenco sin duda, algunos de primera fila, otros artistas locales, pero sin embargo todos han logrado alzar, con su intervención, una voz crítica y contestataria de repulsa hacia el orden narcocultural establecido, aunque a veces la naturaleza de algunas obras no permita adivinarlo con claridad.
- Dan Graham – Concave/Convex Hedge Folly (2005) / © Jardín Botánico Culiacán
- Dan Graham – Concave/Convex Hedge Folly (2005) / © Jardín Botánico Culiacán
- Fernando Ortega – Finale (2009-2010) / © Jardín Botánico Culiacán
- Fernando Ortega – Finale (2009-2010) / © Jardín Botánico Culiacán
- Francis Alÿs – Game Over (2011) / © Jardín Botánico Culiacán
- Francis Alÿs – Game Over (2011) / © Jardín Botánico Culiacán
- Marco Rountree – Sin título (2011) / © Jardín Botánico Culiacán
- Marcos Ramírez Erre – Cruce de Caminos (2003) / © Jardín Botánico Culiacán
- Olafur Eliasson – The Flower Archway (2005) / © Jardín Botánico Culiacán
- Olafur Eliasson – The Flower Archway (2005) / © Jardín Botánico Culiacán
- Olafur Eliasson – The Flower Archway (2005) / © Jardín Botánico Culiacán
- Olafur Eliasson – The Flower Archway (2005) / © Jardín Botánico Culiacán
- Richard Long – White Quartz Ellipse (2000) / © Jardín Botánico Culiacán
- Teresa Margolles – Sin título (2006) / © Jardín Botánico Culiacán
- Teresa Margolles – Sin título (2006) / © Jardín Botánico Culiacán
- Teresa Margolles – Sin título (2006) / © Jardín Botánico Culiacán
Me llamaron especialmente la atención las obras de Francis Alÿs, Marcel Dzama, Tacita Dean, Olafur Eliasson o la siempre inquietante Teresa Margolles, pero hay muchos más, un total de 37 para ser exactos. Alÿs estampó literalmente un Escarabajo del 91 en una parota como símbolo del ocaso de la máquina y la simbiosis entre ambos medios, el natural y el industrial [discutible, por otra parte, pero la obra funciona muy bien]; Dzama hizo un oso de nieve canadiense y lo insertó en un frigorífico translúcido que se alimenta a través de placas solares, una especie de ready-made estrafalario; Tacita Dean fue de las artistas más sugerentes al implantar una especie de trébol mexicano (desaparecido hasta la fecha) que cumple la función ya no sólo de emblema primigenio, sino también como elemento simbólico de los narcos; Olafur Eliasson se marcó una pérgola aromática de formas geométricas inspiradas en la naturaleza para señalar, acaso, la relación entre ciencia y estética; o Teresa Margolles, que montó un grupo de tumbas/tumbonas elaboradas, en su proceso de vaciado, con el agua que se utilizó para limpiar los cuerpos en la morgue de la ciudad.
Mesa Redonda
Glòria Picazo, Simón Marchán Fiz, Patrick Charpenel, Pilar Citoler y Nimfa Bisbe.
La primera mesa redonda iba a servir para incidir y puntualizar sobre las intervenciones de los dos primeros ponentes, así como para dar la bienvenida a Pilar Citoler y conocer el proyecto de Nimfa Bisbe (directora de la Colección de Arte Contemporáneo Fundación LaCaixa).
#coleccionismoUIMP #SimonMarchanFiz #PilarCitoler #PatrickCharpenel #NimfaBisbe #GloriaPicazo pic.twitter.com/0u2cl9Ctp4 — La Gran (@LaGran_) julio 28, 2014
Como buen académico, Simón Marchán revisó parte de la bibliografía de debate existente y retomó la problemática de la legitimidad del arte contemporáneo a través del famoso litigio aduanero puesto en marcha por Duchamp en 1926 [en realidad enero de 1927] con El pájaro en el espacio de Brancusi.
De Pilar Citoler, de vuelta ya en este mundo del coleccionismo, resaltar su jovialidad y alegría, su espontaneidad a la hora de relatar sus vivencias y los motivos que la impulsaron a coleccionar, aunque bien es verdad que a veces, como todo coleccionista asentado y profundamente protegido por su trayectoria como comprador y especulador, pecó de ciertas frivolidades que sólo una posición como la suya puede permitirse airear.
Es definitivo. Pilar Citoler es la alegría de la huerta. «¡Yo no sabía lo que hacía!» JEFA. #coleccionismoUIMP pic.twitter.com/csNtMuhe8d
— M. Sánchez Arsenal (@Mario_Colleoni) julio 28, 2014
«En vez de ir al cine o a la ópera yo me iba a las galerías a comprar obras o a conocer a los artistas» Pilar Citoler en #coleccionismoUIMP — Semíramis González (@semiramis_glez) julio 28, 2014
El caso de Nimfa Bisbe terminó por desilusionarme del todo. No fue tanto el encuadre corporativo de su intervención como su rigidez a la hora de presentar la Colección LaCaixa. Completa ausencia de dinamismo, un discurso leído y la labor institucional a resguardo. Eso fue todo. Hace falta algo más que un guión para conformar ya no sólo una colección, sino una actitud para con el coleccionismo. En su caso, al menos bajo mi opinión, no logró convencerme de su loable labor como responsable de una colección corporativa. Quizá fuese esto último. No lo sé, francamente.
Visita al Archivo José María Lafuente en el MAS de Santander.
La primera jornada se clausuraba con una visita especial vespertina al Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander en compañía de su director, Salvador Carretero, José María Lafuente y Javier Maderuelo, comisario de la exposición La idea de arte, en curso hasta enero. Jaime Sordo presentó a los protagonistas y a continuación les dio paso para que, ya a puerta cerrada, partieran y departieran a placer.
Jaime Sordo, Jose María Lafuente y Javier Maderuelo presentándonos el MAS de Santander. #coleccionismoUIMP pic.twitter.com/44AzrLvCv2
— M. Sánchez Arsenal (@Mario_Colleoni) julio 28, 2014
Abrumador es el adjetivo más adecuado para definir el montaje de esta exposición. Lejos de la controversia que pueda suscitar la pretensión de exhibir un archivo, cosa titánica y frustrante, además de lo dificultoso de exponer semejantes fondos, la muestra abarca la ingente colección documental de José María Lafuente, articulada -y esto es lo más novedoso- a través de términos o palabras a los que se adhieren distintas obras vinculadas en mayor o menor medida al concepto propuesto. Así, encontramos «azar», «biografía», «escritura», «mapa», «poesía», «revista», «sociedad», «utopía» o «violencia». Estas tejen una red de influencias que deviene en un mensaje fundamental: la pervivencia de las obras de arte (de índole diversa) gracias a la yuxtaposición de elementos dispares que, al fin y al cabo, pueden inscribirse, y de hecho se inscriben, en el mismo relato.
- La idea de arte (planta 0) / © Mario S. Arsenal
- La idea de arte (planta 1) / © Mario S. Arsenal
- La idea de arte (planta 2) / © Mario S. Arsenal
A día de hoy, las cifras del Archivo Lafuente ascienden a más de 120.000 documentos y 2.000 obras de arte. Su colección es bien conocida porque con ella se ha organizado alguna exposición de relieve, tal fue el caso de La vanguardia aplicada (1890-1950) en la Fundación Juan March de Madrid (de la que por cierto me encargué en una vieja reseña), y es más, mucho me sorprendería que para la primera monográfica de Depero en España (programada para el próximo octubre, siempre en la Juan March), no hubiera alguna cosa suya de su fondo futurista. En fin, una visita formidable y unos anfitriones envidiables. Pero nos quedó un inquietante regusto en el paladar a interrogante: ¿es legítimo exponer un archivo?, o algo más importante, ¿es posible exponerlo, o más aún, es factible hacerlo?
- Vista general de la planta baja del MAS Santander / © Julio Marqués
- Panel documental de la exposición / © Julio Marqués
- Javier Maderuelo guiándonos por la exposición / © Julio Marqués
Martes, 29 de julio.
Después del previsto y magnífico desayuno, esta vez junto a un entrañable personaje, doble de Carlos Areces y que estaba matriculado en el curso -simultáneo al nuestro- de Teología, la mañana empezaba fuerte. Con una previsión de lluvias de más del 90%, el cielo parecía haber firmado un armisticio y todavía no era hora de batallar. La sala de la Biblioteca, en la primera planta, rebosaba de gente. Caras nuevas, buenos amigos y nuevos conocidos por todas partes. Antes de que comenzara la jornada, aproveché para darle un abrazo a Gema Llamazares, saludar a Armando, con el que siempre es un placer conversar independientemente de la fugacidad del tiempo, cruzar unas palabras con Sergio Rubira y estrecharle la mano a Jaime Sordo. Lo primero es lo primero.
María de Corral
«Fronteras del Coleccionismo y el comisariado»
Para resumir el currículo de María de Corral es mejor que no me extienda mucho, pues no resultaría pertinente en un comentario de esta naturaleza. Empezó rotunda pronunciando las palabras mágicas que todo humanista ha de pronunciar: «No creo en las instituciones, creo en las personas». Esta captatio benevolentiae –al igual que sucedió el lunes con Pilar Citoler- más propia de un Petrarca con profundo afán poético que de un profano con alardes vagos de grandeza y humildad, es una afirmación que sólo su posición le permite y que, de hecho, me hubiese gustado oír veinte años ha; entonces sí hubiéramos podido comprender el alcance de su supuesto desparpajo ante las instituciones que le han alimentado.
María de Corral comienza «Fronteras del Coleccionismo y el comisariado» en #coleccionismoUIMP pic.twitter.com/N4b6jspHL6 — Semíramis González (@semiramis_glez) julio 29, 2014
Anécdotas a un lado, comenzó correctamente hablando de sus inicios al formarse en el mundo del comisariado, sus mecanismos, los procesos, el panorama que imperaba en España, las deficiencias en el sector, etc., todo era interesante y parecía rodar hasta que de golpe y porrazo -era previsible que no sería de otro modo-, empezó a hacer recuento de diversas cuitas que no venían al caso, como quién la telefoneó y quién no, y de qué fue lo que le dijo al poderoso de turno y de cómo le quebró los fondos a no-sé-quién con alguna que otra extravagancia y… «Vanidad de vanidades, todo es vanidad», que decía Salomón.
#coleccionismoUIMP nadie cuestiona la musica como se cuestiona al arte -se le piden explicaciones- que ya no se mira. #MariadeCorral
— Marta Álvarez (@Marta_Al_VA) julio 29, 2014
«En el arte hoy ya no se mira», María de Corral #coleccionismoUIMP — Semíramis González (@semiramis_glez) julio 29, 2014
Permítanme que les diga que me esperaba infinitamente mucho más de una persona tan versada. Hizo un balance personal de más de treinta años de carrera, pero no vi un ápice de respeto por el cada vez más joven y concurrido auditorio. No puede ser que una persona de su categoría profesional se limite a empezar por el principio y a terminar en el final sólo para mostrar (pura exhibición) la cantidad de cosas que ha hecho y lo bien que ha sabido hacerlas todas. No, señor. No es de recibo.
«cuando se habla de música hablamos de belleza y armonia, pero al arte luego le reclamamos explicaciones» M.Del Corral en #ColeccionismoUIMP
— Julitero (@julitero) julio 29, 2014
María del Corral, sobre la colección @FBancoSantander: «Para mí ese jardín tiene un problema, que está lleno de olivos.» #coleccionismoUIMP — M. Sánchez Arsenal (@Mario_Colleoni) julio 29, 2014
#coleccionismoUIMP «Yo siempre hago la instalación de las exposiciones que comisario. Y a veces hago la arquitectura» #MariadeCorral
— Marta Álvarez (@Marta_Al_VA) julio 29, 2014
Y no crean, la conferencia dio para mucho, no fue tan mala al fin y al cabo, pero este tipo de detalles, personalmente, me desmontan toda consideración de respeto hacia un pretendido profesional. Después del acopio de múltiples iniciativas, colecciones que ha dirigido, exposiciones que ha comisariado y Biennali en las que ha estado, cerró la intervención -equiparando así su predisposición hacia el coleccionismo y el comisariado- con una cita de Ansel Adams, que tal vez fue lo más interesante que dijo y lo único, a fin de cuentas, que me hizo pensar: «El acto de fotografiar viene acompañado de todos los libros que hemos leído, todas las películas que hemos visto, toda la música que hemos escuchado y todas las personas que hemos amado». Creo que no hay nada que peor lleve que el falso humanismo cínico. Disculpen la sinceridad.
Eva González-Sancho
«El espacio durado»
Con las ideas muy claras y una labor como comisaria independiente que cualquiera querría tener a sus espaldas, Eva González-Sancho estaba llamada a ser la estrella del día. Una estrella que nos diera ese oxígeno esperanzador capaz de quitarnos de la cabeza la idea de que el comisariado y el desarrollo sostenible del arte contemporáneo son –exceptis excipiendis– una delirante utopía. Sí, así fue. Veni, vidi, vici. Fuerte, clara, sin fisuras, con una práctica probada, con resultados contrastados,… cómo decirlo: atronadora.
Eva González-Sancho enumera algunos puntos fundamentales al formar una colección de arte. #coleccionismoUIMP pic.twitter.com/ECyZJQqMyA — M. Sánchez Arsenal (@Mario_Colleoni) julio 29, 2014
-Necesidad de obra nueva. -Difusión y pedagogía del arte. -Investigación. Eva González-Sancho #coleccionismoUIMP
— M. Sánchez Arsenal (@Mario_Colleoni) julio 29, 2014
Viene de dirigir la colección del FRAC Bourgogne y llegó con la intención de exponer todo ese complejo entramado a caballo entre la filigrana de la gestión cultural y las dificultades financieras de una economía de recorte, por otra parte, necesarias para lidiar con algo tan importante como una colección pública de arte contemporáneo. Salvando las distancias con la política cultural francesa, que no es que sea una auténtica maravilla pero haberlas haylas, expuso su caso particular y subrayó continuamente el carácter local de la institución.
El Frac Bourgogne viene de la iniciativa descentralizadora de la cultura del gobierno frances. #cafeparatodos #coleccionismoUIMP E. G.Sancho — Julitero (@julitero) julio 29, 2014
Fondo Regional de Arte Contemporáneo (FRAC) no es lo mismo que Fondo de Arte Contemporáneo Regional. #coleccionismoUIMP
— M. Sánchez Arsenal (@Mario_Colleoni) julio 29, 2014
Objetivos de los FRAC: constituir colección, difundir colección y sensibilizar al público en arte contemporáneo #coleccionismoUIMP — Semíramis González (@semiramis_glez) julio 29, 2014
#coleccionismoUIMP #EvaGonzalezSancho comenzó a articulr la colección del #FRACBourgogne a partir de 3 piezas #Graham pic.twitter.com/OzaRFIMCMX
— Marta Álvarez (@Marta_Al_VA) julio 29, 2014
«Se ha vaciado mucho el sentido de lo que es un comisario. A veces sólo cumple las funciones de coordinador, pero el comisario debe posicionarse y tomar partido», empezó diciendo. No es muy difícil que todos estemos de acuerdo con ella. La mentalidad de los FRAC (recordar que hay 23 regiones en Francia y uno de ellos por región) rebasa el simple hecho de poseer una colección de arte, se trata de trabajar conjuntamente un relato para componer, déjenme que la parafrasee porque me encantó la imagen, un relato sin paredes.
#coleccionismoUIMP «En los FRAC hay un comite de compra de obra para evitar la arbitrariedad personal».Eva G. Sancho ¿se hace eso en España? — Julitero (@julitero) julio 29, 2014
Los FRAC trabajan en red y eso posibilita la agilidad. Asimismo, su organigrama no permite el sedentarismo político porque se limita a un tiempo específico (de 3 a 5 años). Qué más se puede pedir. Confieso que no escondo mi entusiasmo y simpatía ante personas así. ¿Por qué el carácter no se multiplicará como las serigrafías de Warhol? Mal de todos.
Otra de las ideas que me gustaría destacar de la intervención de González-Sancho es una que me parece crucial y que, si mal no recuerdo, no volví a escuchar en los tres días de curso: la necesidad de tiempo y la pausa, pero no un tiempo y una pausa entendidas como relajación o desentendimiento, sino todo lo contrario, tiempo y pausa concebidos como sinónimo de dedicación, atención y mucha delicadeza. Lo dicho, cautivado quedé.
Su proyecto, colección, mentalidad, ¡e incluso los estatutos!, me encantan. FRAC Bourgogne >>> http://t.co/rOIbrPJ0Hk #coleccionismoUIMP
— M. Sánchez Arsenal (@Mario_Colleoni) julio 29, 2014
Mesa redonda
Tania Pardo, María de Corral, Eva González-Sancho, Ángel Nieto y Clara González, y Carlos Vallejo y Wendy Navarro.
#coleccionismoUIMP Segunda mesa redonda arrancando!! #coleccionistas #comisarios pic.twitter.com/Z3sEaCF1lz
— Marta Álvarez (@Marta_Al_VA) julio 29, 2014
En esta mesa redonda intervinieron los ponentes de la mañana y dos parejas de coleccionistas con sendos proyectos interesantísimos, cada uno de sesgo diferenciado. La encargada de moderar esta mesa fue Tania Pardo, secretaria del curso. Para acotar un poco, haré glosa de algunas ideas que me parecieron jugosas y luego pasaré a comentarlas:
- María de Corral: «Los asesores no deben conformar colección propia.»
- Eva González-Sancho: «La importancia del programa de exposiciones requiere de al menos cinco años.»
- Ángel Nieto: «Coleccionar es una forma de vivir.»
- Clara González: «Hay piezas de estómago y piezas de corazón.»
- María de Corral: «Las obras que te gustan son las que reafirman tu Yo.»
- Ángel Nieto: «Sólo los peces muertos siguen la corriente. Ahí lo dejo.»
Al final saqué algunas conclusiones. Los coleccionistas privados son personas con una alta sensibilidad artística pero no todos dominan la teoría del arte que coleccionan. Cuando se habla de «intuición», se habla de impulso, de accidentes emocionales y, sobre todo, de mucho dinero. Muchos de ellos, dadas las circunstancias, necesitan el asesoramiento de expertos en la materia, véase historiadores del arte o especialistas formados en mercado de arte. Personalmente, la confusión se hace latente cuando una persona, guiada por ese «instinto» tan suyo, se abandona a su gusto sin la más mínima consideración hacia otros parámetros. Así las cosas, puedo imaginar el pálpito de un coleccionista frente a una obra de arte, pero recuerdo una obra de Juan Mayorga (buen conocido de estas tierras cántabras que por cierto lo han tratado con gran ternura) en la que uno de los personajes le dice a otro: «La gente no quiere arte, quiere decoración». Algo parecido le sucede a mi escepticismo. La labor de Ángel Nieto y Clara González es formidable, pero me resulta desmesurado decir que el coleccionismo es una forma de vida, me recuerda más bien a los intereses creados de Jacinto Benavente. Por otro lado, me pareció ridículo, y hasta insulso, empeñarse en justificar el gusto de los coleccionistas. ¿Desde cuando venimos explicando nuestras preferencias del paladar? ¿Somos acaso responsables de nuestros procesos gastrointestinales? No lo creo. Pero para darse de bruces con la realidad, a veces basta con leer un libro. El que yo les recomendaría a todos los que asistieron a esta mesa es El siglo del gusto de George Dickie. En él podrán ver cómo el sentido de orientación actual dista mucho de ser novedoso y cómo, a través del mismo paradigma, a veces somos más ingenuos y pueriles que un niño.
Ángel Nieto y Clara González crean el proyecto @awindowinberlin. Un lujo ponerles cara después de seguirles por Twitter! #coleccionismoUIMP — Semíramis González (@semiramis_glez) julio 29, 2014
Nos presentan http://t.co/LiG7wWUwKP en #coleccionismoUIMP Proyecto sin ánimo de lucro.
— Marta Álvarez (@Marta_Al_VA) julio 29, 2014
Buckingham hace un homenaje a Wollstonecraft con la obra «The spirit and the letter» #coleccionismoUIMP pic.twitter.com/abiidalmWy — Ignacio G. Doce (@IgnacioXII) julio 29, 2014
La última parada del día sería en la feria de arte contemporáneo más longeva de España después de ARCO. Como lo oyen. ¿Que por qué? El espacio es amplio y diáfano, sin estridencias, sin estrecheces, muy amistoso, ¿y saben qué más? La entrada es gratuita. Tome nota moreno (Carlos Urroz). Hay rincones, esquinas, lugares como en toda casa de vecino en los que se agolpan las piezas, pero es imposible darte de codazos con nadie. Allí pasamos un rato agradable y esto fue lo que vimos.
Finalizamos la jornada visitando #ArteSantander @GaleriaNuble @galeriasiboney #coleccionismoUIMP pic.twitter.com/Rm0hUqBiZ4
— Ignacio G. Doce (@IgnacioXII) julio 29, 2014
Penúltimo día en #ArteSantander pic.twitter.com/sCtV1hEcXX
— Semíramis González (@semiramis_glez) julio 29, 2014
Recomendaciones para el ultimo dia de #ArteSantander @EspaiTactel @laNEWgallery @TwinGallery @GemaLlamazares @camaraoscuragal
— Marta Álvarez (@Marta_Al_VA) julio 29, 2014
A puntito de presentar @LABoral en #ArteSantander.
Ayer en #ArteSantander se hablo sobre nuestro proyecto institucional a través de @AbrilAscaso y @ldoriga pic.twitter.com/BVY88IPdqU
— LABoral (@LABoral) julio 30, 2014
— Semíramis González (@semiramis_glez) julio 29, 2014
Rosalía Bonet en #ArteSantander2014 con ‘Cartografía del dolor’. Gaza como obra de arte. #coleccionismoUIMP pic.twitter.com/CLT5S8r5Zy — M. Sánchez Arsenal (@Mario_Colleoni) julio 29, 2014
Fe de erratas: «Rosalía Bonet» es, en realidad, «Rosalía Banet».
Miércoles, 30 de julio.
El último día amaneció cálido y amable. El único hasta el momento digno de parecer un 30 de julio. Sol radiante, 27ºC, despejado sin una nube en el cielo: un día genuinamente espléndido. Aunque no por esto iba a ser el más liviano. A decir verdad, personalmente fue el día más interesante de todos. Fue tan redondo que hasta tuvimos la suerte de poder despedirnos de nuestro amigo de los desayunos: Carlos Areces a.k.a. José, alumno de teología, escritor, filósofo y poeta. Un crack. No podría definirlo con otra palabra. Por puro azar, allí estaba, solo en una mesa con tres sillas vacías en las que ponía nuestro nombre, esperando a ser ocupadas. Había ido a visitar la exposición del Embarcadero en la que se exponían algunas obras de José María Sicilia. Al parecer salió descontento porque no comprendió nada. En otras circunstancias, ese momento y no otro hubiera sido el mejor para alumbrar su conocimiento artístico: cuatro comensales y tres de ellos historiadores del arte, cada uno con su propia especialización. Nada, no hubo manera, Semíramis y yo nos embarramos en una discusión acerca del supuesto hermetismo discursivo del arte contemporáneo y nuestro teólogo se quedó, como aquel que dice, con la palabra en la boca. Julio escuchaba y nuestro avezado interlocutor ponía la oreja para ver si así lograba pillar algo en claro. No supimos si sacó alguna conclusión, pero todos nos llevamos el grato momento de su compañía, en lo que a mí respecta, inolvidable por muchos motivos. Un sujeto capaz de citarte al papa Adriano VI mientras se come unas natillas y apura el café, es un ser humano al que indefectiblemente hay que atender. Con todo, el último desayuno llegaba a su fin y nosotros encaminábamos nuestros pasos a la primera planta del Palacio de la Magdalena. ¿Cuándo volveríamos a este fantástico lugar?
Benjamin Weil
«Coleccionar/Producir – Arte e inestabilidad formal»
El director artístico del Centro Botín de Santander fue claro desde el primer segundo de su intervención: «No hay límites en el hecho de coleccionar». Su conferencia fue interesante. Expuso varios casos de artistas que, por la naturaleza de sus obras, entrañan ciertas dificultades a la hora de acomodarles en una colección. Hizo pertinentes distinciones entre la producción y el comisariado, términos frecuentemente equivocados y asimilados el uno al otro.
Última jornada de #coleccionismoUIMP: por la mañana con Benjamin Weil (@centrobotin) y Juan Luis Moraza (artista) http://t.co/1jFfYu7Pw5 — FBancoSantander (@FBancoSantander) julio 30, 2014
Ultimo dia de #coleccionismoUIMP con @semiramis_glez @Mario_Colleoni y @Marta_Al_VA vaya 3 dias intensos! pic.twitter.com/uQ7cgz0R59 — Julitero (@julitero) julio 30, 2014
Benjamin Weil, anterior director de @LABoral y actual director del @centrobotin en #coleccionismoUIMP pic.twitter.com/EFDgI0vt4V — Semíramis González (@semiramis_glez) julio 30, 2014
‘Producir Arte’ a cargo de Benjamin Weil: actual director del @centrobotin y, antes, @LABoral #coleccionismoUIMP pic.twitter.com/M58qWbJl8B — Ignacio G. Doce (@IgnacioXII) julio 30, 2014
La última sesión matutina correrá a cargo de Benjamin Weil: ‘Producir arte’. Arriba todo el mundo. #coleccionismoUIMP pic.twitter.com/6AM30VvQ0a — M. Sánchez Arsenal (@Mario_Colleoni) julio 30, 2014
Una pieza de Dan Flavin que a través de una cruz griega hace énfasis en la falta de referencialidad del mundo moderno; otra de Pierre Huyghe (Streamside Day Follies) que señala la idea del ritual; la Elevator Bed de Carsten Höller, o la H Box financiada por la Fundación Hermès. Todas plantean sus problemas.
Dan Flavin utiliza tubos fluorescentes que ya casi no se fabrican. Difícil conservación #coleccionismoUIMP pic.twitter.com/UJlwxF1Wrz — Semíramis González (@semiramis_glez) julio 30, 2014
#coleccionismoUIMP #benjaminweil presenta otra forma de colaboracion público-privada en cultura: @LABoral y @DKVSeguros — Julitero (@julitero) julio 30, 2014
#coleccionismoUIMP #BenjaminWeil habla de la conservación y la producción a través de #SherrieLevine y #Duchamp pic.twitter.com/BKXjERz5BZ — Marta Álvarez (@Marta_Al_VA) julio 30, 2014
Cama móvil de Carsten Höller, producida con el apoyo de Thyssen-Bornemisza Art Contemporary @TBA21 #coleccionismoUIMP pic.twitter.com/C9yWViUTlP — Semíramis González (@semiramis_glez) julio 30, 2014
#coleccionismoUIMP #BenjaminWeil comenta piezas como esta «Y» de #CarstenHöller presentada ya en @LABoral pic.twitter.com/GiapameuDJ — Marta Álvarez (@Marta_Al_VA) julio 30, 2014
«The Moon Museum» de Karlos Gil en @LABoral. Producida en el centro con beca DKV #coleccionismoUIMP pic.twitter.com/vziEs5cGxm — Semíramis González (@semiramis_glez) julio 30, 2014
A título personal, me llamó la atención la última obra de la Fundación Hermes. La H Box es un laboratorio de ideas y un taller de experimentación artística. Quieren promover la producción contemporánea y han diseñado ese formato tan espectacular. Ventajas: un patrocinio privado como este entraña la holgada capacidad de invertir en sectores hasta ahora desconocidos para estas marcas, lo que hace que el proceso sea enriquecedor transversalmente. Inconvenientes: si el arte contemporáneo, que tan denostado está por una buena parte del gran público (pese a quien le pese), sobrecargado de tantas dificultades debido al descontento de su público cuyo bolsillo paga entradas y su cerebro sale sin la más mínima idea de lo que ha visto; si a esa circunstancia le añadimos el algoritmo de sofisticación (luxury class) promovido por una firma como Hermès, sólo obtendremos más hermetismo y más marginalidad.
Las becas de producción de @centrobotin llevan años presentando a los grandes artistas del presente #coleccionismoUIMP — Semíramis González (@semiramis_glez) julio 30, 2014
El comisario también debe negociar con el artista e interpretar sus piezas en el espacio expositivo #BenjaminWeil #coleccionismoUIMP — Marta Álvarez (@Marta_Al_VA) julio 30, 2014
Como juicio personal al que estoy supeditado, no me parece del todo inteligente vincular no ya una firma de lujo al arte contemporáneo, sino el carácter (y sobre todo el estilo, el aspecto, el envoltorio) del elitismo corporativo al ámbito de la creación artística. Únicamente contribuiremos a fomentar un tópico manido que todos (agentes, espectadores, investigadores y gente sensible a las manifestaciones artísticas y de creación) intentamos abolir por todos los medios. Si se trata de expandir el fenómeno experiencial, caso del Jardín Botánico de Culiacán, con esta maniobra no lo conseguiremos.
- H Box Hermès en Yokohama / © Fondation d’enterprise Hermès
- H Box Hermès en Luxemburgo / © Fondation d’enterprise Hermès
- H Box Hermès / © Fondation d’enterprise Hermès
- H Box Hermès en Yokohama / © Fondation d’enterprise Hermès
Juan Luis Moraza Pérez
«Funciones y sistemas (notas sobre la responsabilidad patrimonial)»
La conferencia de Juan Luis Moraza fue la más sugestiva y germinal de los tres días. Benjamin Weil había dado el pistoletazo de salida por la mañana y parecía que el río seguía su curso por la tarde. La suya iba a ser una lección de humildad, acidez y pensamiento, unido -dicho sea de paso- a un powerpoint tan ilegible como una entelequia surrealista.
#coleccionismoUIMP J. Luis Moraza comienza su ponencia. Comisariado y coleccionismo convergirán por fin en su discurso?
— Julitero (@julitero) julio 30, 2014
Juan Luis Moraza, artista y comisario: «La República del arte es una comunidad de interacciones donde contamos todos» #coleccionismoUIMP — Semíramis González (@semiramis_glez) julio 30, 2014
#coleccionismoUIMP #JuanLuisMoraza habla de la responsabilidad patrimonial. @cursosuimp pic.twitter.com/nK2P5xsMsZ
— La Gran (@LaGran_) julio 30, 2014
Las imágenes se sucedieron en el proyector casi de manera febril. Datos, conceptos, citas, flechas, vinculaciones, números incluso. Todo estaba fríamente calculado. Moraza superponía diapositiva con diapositiva a la vez que hacía mención al descontento de Paul Valéry, el furor divino de Ficino o al verdadero príncipe de Novalis. Al igual que decía Gilberto Owen, «El poema hace a las palabras» [así como el arte hace a sus obras].
#coleccionismoUIMP #JuanLuisMoraza trata de argumentar como el sistema del arte actual depende del nacimiento del arte moderno — La Gran (@LaGran_) julio 30, 2014
Juan Luis Moraza sobre esta obra de Teniers: «En cierto modo se asemeja al comisariado de hoy.» #coleccionismoUIMP pic.twitter.com/th36wFSUV6
— M. Sánchez Arsenal (@Mario_Colleoni) julio 30, 2014
«Todas las luces de la ciudad son semáforos». La diferencia entre una estrella y un semáforo es que éste tiene un carácter reglado: nos da pautas, modos de comportamiento y reglas de urbanidad. «Hasta donde yo he visto, no he tenido la sensación de que las estrellas estén enfrentadas entre sí en el firmamento».
#coleccionismoUIMP #JuanLuisMoraza La percepción sensible es sinestesica porque no existe la percepción pura. — La Gran (@LaGran_) julio 30, 2014
#coleccionismoUIMP «el arte surge en el momento en que la obra nace con visos a formar parte de una colección» J. Luis Moraza
— Julitero (@julitero) julio 30, 2014
Sentenció de manera sólida que una colección no es un archivo y haciendo una tabla de correspondencias entre las distintas dimensiones cultural y patrimonial, estableció lo siguiente:
COLECCIONISMO = atesoramiento + conservación (dimensión PATRIMONIAL)
COMISARIADO = asesoramiento + interpretación (dimensión CULTURAL)
Evidentemente cada dimensión nos conduce hacia un fin, que Moraza interpreta como (1) constitución patrimonial y VALOR, y (2) institución discursiva y VERDAD. Los registros de valor fluctúan a lo largo del tiempo y el espacio, es el dilema irresoluble de la posmodernidad. Nos alertó también de que el capitalismo está siguiendo la senda cada vez más pronunciada de la inmaterialidad, cosa que a largo plazo afectará tanto a las formas de economía como a las de producción. No pude estar más de acuerdo.
Valéry, Lacan, Hegel, Ficino… «¿El arbitrio nos protegerá de la arbitrariedad» Bravo Juan Luis Moraza. #coleccionismoUIMP — M. Sánchez Arsenal (@Mario_Colleoni) julio 30, 2014
A partir de aquí cuestionó, de cabo a rabo, el mecanismo perimetral de la jerarquía institucional del arte, y el primer guantazo se lo llevaron los artistas: «Han defendido la pirámide del arte, donde la gestión está por encima de la elaboración». Después hubo para todos y sin piedad, cosa que agradezco dada el áurea entusiástica en la que viven algunos gestores. Transcribo algunas citas:
- «El arte después del arte se convierte en cultura visual. Y ahí es donde tenemos que luchar.»
- «El cocinero se ha hecho autor; y el autor, comisario.»
- «El autor no se afina con la obra, la obra se afina con el espectador.»
- «Lo bueno que tiene el arte es que no es obligatorio.»
- «Los artistas somos especialistas en no serlo.»
Algo hubo en Moraza que me recordó a Marc Fumaroli y su visión política de la cultura. Algo en este discurso del «ciudadano» y la responsabilidad del usufructo me retrotraían a la vieja y hermosa idea de creación como algo común y pedagógico, despojada de esa escalera de poder que hoy impera en todos los ámbitos creativos.
Juan Luis Moraza está poniendo del revés a la concurrencia. Yo estoy encantado. Pero encantado. #coleccionismoUIMP pic.twitter.com/kRDpf3W26h
— M. Sánchez Arsenal (@Mario_Colleoni) julio 30, 2014
Un discurso filosófico que avivó el debate a pesar de que, después, en la mesa redonda, no tuvo mayor eco de preguntas o respuestas. Eso sí, Juan Luis Moraza repartió proteínas todas las que quiso y más que se guardó para otro momento. Realmente una mente prodigiosa, clarividente y reflexiva. Nada espectacular ni televisivo, pura pausa, pura calma, pura reflexión para considerar un mundo, este de la gestión, el comisariado y el coleccionismo de arte contemporáneo, que clama al cielo por la quietud y el sosiego, el abandono apresurado del ritmo capitalista y la búsqueda urgente de un rastro de sentido. Un auténtico placer escucharle en directo. Jamás olvidaré su intervención.
- Moraza comenta «The Condition of Success» de Alan Bowness / © Mario S. Arsenal
- La pirámide del arte contemporáneo / © Mario S. Arsenal
- Una historia intelectual de la política como creación artística / © Mario S. Arsenal
- Moraza y el laberinto de las proyecciones / © Mario S. Arsenal
Mesa redonda
Elena Vozmediano, Benjamin Weil, Juan Luis Moraza Pérez, Sergio Rubira y Roser Figueres.
La clausura del curso se hizo esta vez en el Paraninfo de la Universidad de Cantabria aprovechando la última mesa redonda del curso. Elena Vozmediano moderaba la sesión a la que estaban invitados, además de los ponentes de la mañana, Sergio Rubira en condición de comisario y Roser Figueres, representante de la colección Calcego de Barcelona.
Mesa redonda de lujo en #coleccionismoUIMP a cargo de Weil, Rubira, Figueras, Moraza y @ElenaVozmediano pic.twitter.com/bcQsRr1ALb — Ignacio G. Doce (@IgnacioXII) julio 30, 2014
Última mesa redonde del curso #coleccionismoUIMP en el Paraninfo de la @unican pic.twitter.com/v4Y8c1asKA
— Semíramis González (@semiramis_glez) julio 30, 2014
Sergio Rubira y Elena Vozmediano en la última mesa redonda. Esto se acaba, pero todavía no. #coleccionismoUIMP. pic.twitter.com/99pffyqhUU — M. Sánchez Arsenal (@Mario_Colleoni) julio 30, 2014
Sergio Rubira es profesor de Historia del Arte en la UCM, pero también actúa como comisario dentro de varios colectivos, entre ellos, RMS. Nos habló de Sur le Dandysme aujurd’hui (CGAC) y de El Gabinete de un Aficionado (Centre D’Art La Panera), ésta última con obras de la colección de Carlos Vallejo (colección CV), que ya intervinieron el martes.
Sergio Rubira: «Conseguir q la universidad reconociera las exposiciones como proyectos de investigación ha costado mucho» #coleccionismoUIMP
— Semíramis González (@semiramis_glez) julio 30, 2014
Sergio Rubira: «Me he sentido más cercano a los artistas como productor que como comisario – productor» #coleccionismoUIMP — Semíramis González (@semiramis_glez) julio 30, 2014
Sergio nos explicó que comenzaron por Warburg porque, junto con Duchamp y Alfred H. Barr, representan las obsesiones del colectivo. Señaló, como ya lo hizo Charpenel el lunes, la necesidad de articular las colecciones y trabajar a lo largo del tiempo. «Es importante visibilizar las colecciones privadas» [en programas públicos, quiso decir] y para ello las redes sociales son una baza importantísima.
Lo mismo nos dijo Roser Figueras. Han organizado una web pormenorizada en la que podemos encontrar cada una de las fichas de las obras de la colección, insisto, una a una. Un ejemplo de emprendimiento sostenible. Su historia empezó en 1996 visitando Art Bassel, luego la Documenta de Kassel y, por último, Münster. El modelo de su colección es mantener una metodología estricta de conservación de las obras, de ahí que las redes sean la herramienta principal de esta iniciativa. A su vez, fomentan y contribuyen al desarrollo del Máster de Arte Actual de la Universidad de Barcelona.
Elena Vozmediano señala la catalogación on-line de todas las obras de la colección @CALCEGO >>> http://t.co/nLEuOnOGEb #coleccionismoUIMP
— M. Sánchez Arsenal (@Mario_Colleoni) julio 30, 2014
Un poco a trompicones, y con un calor tremendo, Elena Vozmediano lanzó un par de preguntas y no hubo tiempo para más. Al tiempo llegaron las autoridades para entregar los diplomas y sólo Íñigo de la Serna Hernáiz (alcalde de Santander) pudo expresar algunas palabras de chanza y agradecimiento [señalando la guasa de que Jaime Sordo fuera propietario de una empresa de aire acondicionado y allí estuviéramos pasando ese sofoco] y, esta vez sí, el Excmo y Mgfco. Rector Sr. D. César Nombela se personó para clausurar el curso. Glòria Picazo fue nombrando uno a uno a los asistentes y se repartieron los certificados, no sin antes obsequiarnos con el catálogo de la exposición Tesoro Público (economías de realidad), comisariada por el propio Juan Luis Moraza y ahora en curso en ARTium Vitoria.
En el Paraninfo de la @unican, además de los frescos de Quintanilla, tenemos un calor infernal. #coleccionismoUIMP pic.twitter.com/6R0ZjzMzo2
— M. Sánchez Arsenal (@Mario_Colleoni) julio 30, 2014
Conclusiones
El encuentro entre distintos agentes de arte contemporáneo y actantes que intervienen en el proceso cultural, ya sean estos investigadores, académicos, periodistas o simples aficionados, siempre es positivo. Sin embargo, hay muchos matices. Enumero algunos no sin antes disculparme diplomáticamente si he herido la sensibilidad de algún aludido, por lo dicho hasta el momento o por lo que sigue:
- La incidencia o responsabilidad que puede contraer el público como ente activo (y no pasivo, tal como se dio a entender en el curso) en el proceso artístico, es decir, ¿en qué medida puede decantar o influir en ese mecanismo la gente o las personas que lo disfrutan? De esto no se habló.
- Las relaciones entre comisariado y coleccionismo se esbozaron, sí, pero por lo general el nivel curricular de los ponentes no estuvo a la altura de sus conferencias, salvo honrosas y emocionantes sorpresas.
- Dio más la sensación de ser un encuentro donde formalizar alianzas y relaciones públicas profesionales que una cita ineludible plagada de gente importante y poderosa que opera por cambiar las cosas que no funcionan en este terreno.
- El coleccionista, salvo -insisto- muchas excepciones, sigue siendo grosso modo un especulador que vive al margen de la realidad del mundo. Goza del excedente económico necesario para inmiscuirse en el mercado del arte, pero a veces su cuerpo teórico desilusiona hasta el paroxismo.
- Algo positivo del curso es que la esperanza todavía tiene cabida en el sector [como se estila decir entre profesionales]. Hay alternativas, hay actitudes, hay pensamientos que son valiosos en la medida que son contagiosos. De estos ejemplos hemos tenido una muestra, sobre todo, en Eva González-Sancho, Juan Luis Moraza y Sergio Rubira. Ellos representan la noción que yo tengo de futuro.
En el plano teórico salvaría la intervención de Simón Marchán, de quien por otro lado nadie mencionó la polvareda levantada con esa controvertida venta al Museo Reina Sofía, pero gran académico -qué duda cabe- con un cerebro envidiable y una perspectiva resolutiva; y sobre todo la de Juan Luis Moraza, sin duda un protegonista que habrá que tener en cuenta en tanto profundo y continuamente referencial. Fue el único que se atrevió a poner el pensamiento en su sitio sin utilizar la palabra instinto o intuición. Más codos, más reflexión, menos fiebre.
En la vertiente práctica me gustó mucho, tal vez demasiado cerrado en banda con el proyecto de Culiacán, Patrick Charpenel. Su mentalidad me pareció acertada al tratar de forma dinámica, abierta y (lo más importante) socialmente gratuita, el arte y la exhibición en lugares públicos. También salvo a Benjamin Weil, cuya acción de comisariado dista bastante de lo convencional; fue el primero en hablar sobre los problemas de asignación de labores dentro de una exposición y de colocar a cada cual en su sitio: un comisario no es un productor, un productor no es un comisario.
Luego, personalmente, me gustó bastante el planteamiento de Sergio Rubira, quizá porque lo conozco desde una distancia más próxima y esos proyectos ya nos los dio a conocer en la universidad, pero lo cierto es que se impone trabajar en equipo. Su ejemplo y el de RMS es valioso porque no implica el desfase generacional que sí se produce en otros casos.
Por último, ponderar sin ningún tipo de pudor la conferencia de Eva González-Sancho. Fue la única intervención que trató integralmente la problemática de lo que iba este curso: el dilema de las exposiciones de ámbito público a través de colecciones privadas, el modelo de gestión de un espacio expositivo, la cooperación entre distintos organismos en favor de una mayor agilidad (ya no sólo económica y de gestión, sino social), la labor o el fin de esas iniciativas, siempre de carácter ciudadano, etc. Verdaderamente ejemplar.
No querría cerrar esta entrada sin presumir de mis compañeros de viaje, Semíramis González, Julio Marqués y Marta Álvarez, con quienes ha sido un placer desvirtualizarse estos tres días y con quienes los ratos y las conversaciones y las comidas y las cenas han sido tan estimulantes en tantos sentidos. También, cómo no, y que vaya por delante de todo, a los amigos de la Fundación Banco Santander (Susana, Álvaro, Alex, Blanca, María, Carlos… amén de todos los capos habidos y por haber, after Borja) porque ellos nos trajeron a este fantástico lugar para disfrutar una vez más de los cursos de verano de la UIMP, y nos hemos vuelto a enriquecer, también por fuera, pero sobre todo por dentro.
Menudos cuatro en #coleccionismoUIMP @julitero @Mario_Colleoni @Marta_Al_VA pic.twitter.com/eRWUA6CMjm
— Semíramis González (@semiramis_glez) julio 30, 2014
Gozada de experiencia en #Santander @cursosuimp se basa en los pasillos @Mario_Colleoni @julitero @semiramis_glez ahora, formad colecciones!
— Marta Álvarez (@Marta_Al_VA) julio 30, 2014
Ya en Gijón! Cansada pero helabiendo disfrutado muchísimo del curso #coleccionismoUIMP. Caras amigas, muchas risas…días inolvidables 🙂
— Semíramis González (@semiramis_glez) julio 30, 2014
@semiramis_glez @julitero @Mario_Colleoni Me encanta el equipo #coleccionismoUIMP 2014.Sobre todo porque se intuye que lo habéis pasado bien
— Susana Gómez (@susdina) julio 31, 2014
Muchas gracias a todos los que habéis participado activamente en #colecionismoUIMP ¡Os esperamos el año que viene! pic.twitter.com/Z2BDnDOuyy
— FBancoSantander (@FBancoSantander) julio 30, 2014