«Con palabras, con aspecto y con maneras
una armadura habré de fabricarme;
así haré frente a los malvados,
sin miedo ni debilidad.
Querrán hacerme daño. Mas ninguno
de cuantos se me acerquen va a saber
dónde encontrar mi herida, los sitios vulnerables
bajo tal revestimiento de engañifas.
Así habló jactancioso, Emiliano Monaes.
¿Llegaría, alguna vez, a construirse esa armadura?
Sea como fuere, no debió de llevarla mucho tiempo.
Moriría en Sicilia, con veintisiete años.»
Emiliano Monaes, alejandrino, 628-655 d.C. (1918)
Cavafis, Poesía completa (trad. Juan Manuel Macías), Valencia, Pre-Textos, 2015, p. 123.